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La definición de altruismo según la Real Academia Española (RAE), se trata del esmero y la satisfacción por provocar el bien ajeno, aún muchas veces a costa del propio bienestar. Además, las conductas altruistas están encadenadas claramente con el concepto de caridad cristiana y filantropía romana.
El origen etimológico del término conocido como altruismo proviene del francés antiguo altruisme, que define específicamente la preocupación, primordial, por encontrar bienestar como resultado del hacer el bien a los demás.
Acuñada por el filósofo francés, Auguste Comte, a mediados de siglo XIX, quien buscaba enfrentar, de alguna manera, a la palabra egoísmo,
sin que necesariamente la única forma de oponer el concepto sea
utilizando la palabra generosidad. La descripción de esta palabra no
explicaba concretamente que el beneficiario de la buena acción fuera el
prójimo, sino que el concepto era bastante amplio y confuso para la
época. Ante esta problemática del lenguaje, se comenzó a utilizar el
término altruismo para describir al ser humano que busca el
bien ajeno sólo por el hecho de servir constructivamente a los
semejantes, sin buscar nada a cambio, como recompensa ni como alabanza.
El altruismo en algunas ciencias y prácticas
Dependiendo de las distintas ciencias y estudios que incorporan el
concepto de altruismo, nos encontramos con, en primer lugar, una
definición utilizada desde tiempos lejanos en la psicología social y/o filosofía,
y que fuera la primera versión del concepto por la cual se utiliza la
palabra altruismo en estos tiempos. Esta herencia, a través de las
diferentes épocas, se debe a la importancia de contraponer el concepto
de generosidad, al concepto de egoísmo, y encontrar (y estudiar) una
palabra que refiera que los únicos actos correctos moralmente sean
aquellos que hagan felices a los demás como primer y más importante
objetivo a cumplir.
En cuanto a la acepción del concepto altruista dentro de la biología, podemos encontrarnos ante un patrón que hace que un animal ponga en riesgo su propia vida en pos de salvar la vida de los otros.
Esto demuestra que no sólo es un concepto observado en los seres
humanos, sino que también los animales están dispuestos a sacrificar su
propia supervivencia sólo para cuidar la vida de sus semejantes. Y esto
se potencia en el caso de que, en ese grupo, haya alguien con quien
compartir los genes, aunque también se conocen casos de lo que se llama altruismo no-emparentado.
¿Altruismo, solidaridad o generosidad?
Para comenzar a entender lo que tienen en común estos tres conceptos,
concretamente relacionados, será necesario plantear en qué se
diferencian para luego interrelacionarlos como conceptos.
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